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Errores comunes que pueden dañar la nevera

Muchas veces, sin darnos cuenta, cometemos errores comunes que pueden dañar la nevera, y causarnos problemas mucho mayores

La nevera es uno de los electrodomésticos más importantes en cualquier hogar. Mantiene los alimentos frescos, evita desperdicios y facilita nuestra vida diaria.

Si alguna vez te has preguntado por qué tu nevera no enfría bien o por qué ha comenzado a hacer ruidos extraños, es posible que estés cometiendo alguno de estos errores.

A continuación, te contaremos los errores comunes que pueden dañar la nevera y cómo evitarlos para que tu electrodoméstico funcione de manera óptima por muchos años.

Ubicación y ventilación inadecuada

Comenzamos este blog comentando los errores más comunes que pueden dañar la nevera asociados al lugar donde la ubicas. Ten presente estos errores si quieres que este electrodoméstico dure mucho más.

Colocar la nevera pegada a la pared

Uno de los errores más comunes es instalar la nevera completamente pegada a la pared.

Esto impide una correcta ventilación y puede hacer que el motor trabaje más de lo necesario, generando sobrecalentamiento y reduciendo su vida útil.

Muchas cocinas cometen el error de su diseño de decir espacios cerrados y precisos para ubicar la nevera. Lo ideal es dejar al menos 10 cm de espacio entre ella y la pared para permitir la correcta circulación de aire.

Poner la nevera cerca de fuentes de calor

Con respecto a la ubicación, también debes prestar atención a los objetos que la rodean. Si tu nevera está demasiado cerca de la estufa, el horno o recibe luz solar directa, es probable que sufra más de lo normal.

 La exposición al calor obliga al compresor a trabajar el doble para mantener la temperatura interna, lo que aumenta el consumo de energía y el desgaste del sistema.

El espacio ideal es uno alejado de estos electrodomésticos que generan calor y lejos de las ventanas.

Malos hábitos en el uso diario

Sin darnos cuentas, utilizamos nuestra nevera de forma incorrecta. Pequeñas acciones que parecen inofensivas hacen que tu nevera trabaje demás.

Abrir y cerrar la puerta constantemente

Otro de los errores comunes que pueden dañar tu nevera está asociado a las veces que la abres. Cada vez que abres, permites que el aire frío salga y que el aire caliente entre.

Si lo haces con frecuencia, el motor tendrá que trabajar más para mantener la temperatura adecuada, aumentando el consumo energético y reduciendo la eficiencia del sistema.

Lo mejor es planear bien que necesitas o que vas a cocinar y abrir la nevera una ola vez para sacar todos los elementos necesarios. Evita abrirla solo para mirar si se antoja algo para comer.

Guardar alimentos calientes

Meter sopas, guisos o cualquier alimento caliente en la nevera es un error grave. El calor afecta la temperatura interna y hace que el compresor tenga que trabajar más para enfriar todo nuevamente.

Lo mejor es dejar que los alimentos se enfríen a temperatura ambiente antes de guardarlos. Una vez que los alimentos estén fríos, revisa que estén bien tapados para evitar contaminación cruzada de los alimentos

Sobrellenar la nevera

Si llenas demasiado la nevera, el aire frío no circulará correctamente, lo que afectará la eficiencia del enfriamiento. Además, obligarás al motor a trabajar más, aumentando el consumo de energía y reduciendo la vida útil del equipo.

Cuando guardes tu alimentos y recipientes, asegúrate de no tapar las ventilaciones y dejar espacio libre entre ellos para que el aire circule, de esta forma se enfriaran mucho más rápido y la nevera no gastara energía extra

Dejar la puerta mal cerrada

Finalmente, otro de los errores comunes que pueden dañar la nevera y que se hacen por equivocación es dejar la puerta abierta.

Si se deja la puerta abierta o esta no cierra bien, el aire frío se escapará y el compresor tendrá que esforzarse más para compensarlo. Revisa que el empaque de la puerta esté en buen estado y evita dejar cosas que impidan el cierre correcto.

Falta de mantenimiento adecuado

Es muy importante realizar mantenimientos periódicos para asegúrenos de que cada componente este funcional y evitar daños irreparables.

No limpiar los serpentines traseros

Los serpentines de la parte trasera acumulan polvo con el tiempo, lo que reduce la eficiencia del motor. Limpiarlos cada seis meses con una aspiradora o un paño seco ayudará a mantener el rendimiento óptimo de la nevera.

No revisar y cambiar el empaque de la puerta

Otro de los errores comunes que pueden dañar tu nevera es no revisar el estado de los empaques goma, si está desgastado o roto, el aire frío escapará y la nevera trabajará el doble.

Puedes comprobar su estado colocando un billete entre la puerta y el empaque: si al cerrar la puerta el billete se desliza fácilmente, es momento de cambiar la goma.

No descongelar el congelador periódicamente

Si tu nevera no tiene sistema No Frost, es importante descongelar el congelador cada cierto tiempo. El exceso de hielo puede bloquear la circulación de aire frío y reducir su eficiencia.

Si quieres saber cómo descongelar tu nevera de forma eficiente, te invitamos a leer nuestro articulo aquí.

Problemas eléctricos y de instalación

Finalmente, sin una buena conexión eléctrica, los riesgos de que tu nevera se dañe son mucho más altos.

Conectar la nevera a un toma inadecuado

La nevera debe estar conectada a un toma de corriente exclusivo y con el voltaje adecuado. Usar un enchufe compartido con otros electrodomésticos puede generar fluctuaciones eléctricas que afectan su funcionamiento.

Usar extensiones eléctricas o multitomas

Las extensiones y multitomas no están diseñadas para soportar la potencia de una nevera. Utilizarlas puede generar sobrecalentamiento, cortocircuitos e incluso incendios.

No proteger la nevera contra picos de voltaje

Los picos de voltaje pueden dañar los componentes eléctricos de la nevera. Utilizar un regulador de voltaje o un protector de sobretensión puede evitar fallas y prolongar su vida útil.

Conclusión

La nevera es un electrodoméstico esencial en cualquier hogar, y su correcto mantenimiento es clave para que funcione bien por muchos años.

Pequeños errores como colocarla en un mal lugar, abrir la puerta constantemente o no limpiar sus componentes pueden reducir su eficiencia y hacer que consuma más energía

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